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Huelva ha sido la primera ciudad de España que ha celebrado una feria taurina, había mucha expectación y muchas ganas de toros. El público general se fue contento del coso de la Merced, que estuvo marcado por las restricciones del covid 19 con un aforo reducido a la mitad.
El primer día por el triunfo inapelable de Miguel Ángel Perera ante un buen toro de Núñez del Cuvillo. Cayetano y Pablo Aguado completaban el cartel pero sus faenas no tomaron el vuelo deseado a pesar de sus ganas de agradar.
Esa tarde, antes del comienzo, un grupo de profesionales taurinos de Huelva bajó al ruedo y portó una pancarta en la que rezaba: «Los toreros somos cultura. No a la discriminación».
Al día siguiente, se celebró una corrida de ocho toros. Abrió plaza el rejoneador onubense Andrés Romero, el cual demostró el nivel de su toreo a lomos de ‘Caimán’, del experto ‘Guajiro’, de ‘Chamán’. Cortó una oreja tras un rejón de muerte efectivo. El escaso juego de los toros de Juan Pedro condicionaron mucho la tarde. Ponce se gustó en el saludo capotero de su primero pero ya en la muleta perdió su clase inicial. Faltó emoción.
A Castella le tocó el mejor toro de la tarde y el francés toreó con profundidad y naturalidad hasta que el animal se aburrió. Cortó una oreja.
El público estuvo muy cariñoso con el paisano David al que jaleó con las palmas por Huelva. Su valor sigue intacto, le aguantó un parón de órdago en su quite por Mirandinas y apostó por un toreo de cercanías bajo los sones de su nuevo pasodoble. Tampoco el animal dio para más. Con el octavo toro, pasadas las tres horas de festejo, tiró de su raza, la espada entró fácil y se convirtió en el triunfador de la tarde.
No pudo salir a hombros debido a las medidas de seguridad tomadas ante la covid-19. Desde la empresa insisten en que se han cumplido todas las normas impuestas en el plan de contigencia de la Junta de Andalucía.
