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Los inventores Tomás Jesús Mateo Sanguino y José Manuel Lozano Domínguez, junto con el profesor Manuel Redondo González, todos investigadores de la Universidad de Huelva, han presentado a ayuntamientos de la provincia y a empresas su patente para una señalización vial horizontal fotoluminiscente. Se trata de que la señalización esté hecha con un material capaz de producir luz propia sin necesidad de una fuente de alimentación, contribuyendo a su mayor visibilidad y a un menor coste de mantenimiento.

Así lo ha explicado Tomás Mateo –doctor en Ingeniería de Sistemas y Automática–, quien, junto a su compañero José Manuel Lozano –ingeniero informático–, patentó este invento en 2017 y ahora se encuentran en fase de pruebas en el laboratorio de la Onubense para lograr optimizar al máximo sus prototipos y conseguir hacer esa señalización en diversos materiales (pintura, resina, cemento, hormigón o plástico) y así cubrir el mayor número de necesidades.

«Las pruebas en el laboratorio están dando unos buenos resultados que nos confirman la viabilidad de nuestro invento», ha proseguido este emprendedor, ya que incluso han solicitado ayudas al Ministerio y la Junta para poder continuar con este proyecto y probar todas las opciones de materiales y formatos de cara a adaptarlo a las distintas opciones viales, como pasos de cebra, badenes, resaltos, etc.

De este modo, ha explicado que están manteniendo reuniones con ayuntamientos e incluso una empresa de Sevilla se ha interesado por este producto que quedó registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas en la categoría de modelo de utilidad, por lo que tiene una protección por un periodo de diez años.

Convencido de la utilidad de su invento, Tomás Mateo ha contado que todo surge tras realizar un proyecto de investigación con la Fundación Mapfre sobre un paso de peatones inteligente, el cual contaba con una serie de sensores para avisar al conductor de la presencia de un viandante en el mismo. Así, en la ronda de contactos que mantuvieron con diversos consistorios para contarles su idea, recogieron las preocupaciones de los ayuntamientos sobre los pasos de cebra.

En concreto, la ley obliga a las entidades locales a pintar cada dos años los pasos de cebra, aspecto que supone un alto costo y de ahí, nace la idea de realizar algo que aumente la visibilidad de los mismos y sea más económico para las arcas públicas.

Finalmente, ha indicado que la fotoluminiscencia permitirá que las señales viales horizontes brillen con luz propia en periodos de corte de luz o en vías poco iluminadas, así como contiene una serie de aditivos para que la duración sea mayor, lo que «aumenta la vida útil» del paso de cebra y sería aplicable a otro tipo de señalizaciones.

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